¡AQUÍ ES MANARE!
Por: Felcer Dueñas Vallejo
“Así, el pueblo Pauto o Manare fue, en términos contemporáneos, el centro de operaciones de toda la provincia jesuita de los llanos y Casanare en el Nuevo Reino de Granada. Allí se ubicaba el padre superior de las misiones, …. Asimismo, podemos notar dos elementos que demostraban la jerarquía del lugar: primero, su estratégica ubicación; segundo, su iglesia. Si bien el lugar del actual pueblo es desconocido parcialmente, es sabido que se localizaría entre los departamentos de Casanare y Boyacá, especialmente en la zona del piedemonte llanero, entre el páramo de Pisba y Hato Corozal. Esto lo sabemos por su posición en varios mapas de la época, especialmente uno de 1741 el cual se especializa en la provincia a trabajar, como también por la documentación misma, donde se remiten a lugares de los cuales sí se tiene razón.
Es allí donde se localizaron las misiones jesuitas de la provincia de Casanare y los llanos orientales, entre, aproximadamente, 1624 a 1767, con varios periodos de asueto”
Anuario
de Historia Regional y de las Fronteras, vol.26 N.°1 Transcripción de los
inventarios eclesiásticos de la iglesia, cofradías y cura de Pauto (1767)1Transcripción de Julián Galindo Zuluaga.
El texto que citamos hace parte de una publicación de
la (UIS) Universidad Industrial de Santander y Colciencias, edición enero-junio
2021, en su contenido incluye un maravilloso artículo que, por su fascinación e
interés dentro de la historia casanareña, merece ser difundido en el compendio
de historias del Casanare.
El transcriptor solo se ocupa del inventario de la
iglesia de Manare en razón a la expulsión de los Jesuitas en 1767 y no se entra
en una investigación a fondo de la geografía Casanareña presente y pasada, por
lo que al momento de contextualizar su escrito desconoce totalmente que el
pueblo de Manare sigue en pie, desflorando el quinto siglo de historia, en
jurisdicción del municipio de Hato Corozal en la misma meseta que nació para
permanecer por los siglos en el Casanare de mitos, héroes e historias
legendarias.
“Manare” nombre singular que no ha desaparecido en
las llanuras colombo-venezolanas por la connotación religiosa que se mantiene
en el fervor y devoción de la comunidad católica, que reconoce a la Virgen de
los Dolores de Manare como su patrona y cuya imagen hoy se encuentra en el
municipio de Paz de Ariporo, vecino de la población de Manare donde tuvo su
origen varios siglos antes.
Respecto al poblado y su importancia el autor dice: “como se notará en los inventarios a continuación—, se
erigía sobre materiales de construcción de difícil obtención para el lugar y su
período, además de contar con varios espacios privilegiados, como cuatro capillas,
sacristías y cantidad de objetos únicos, una casulla de brocado, por ejemplo.
Así, dicho pueblo es importante en toda la provincia jesuita del Casanare y los
llanos al ser un centro geográfico, jerárquico y religioso. Para conocer la
constitución de dicho pueblo.
El artículo se refiere
en sus apartes al litigio entre encomenderos y las misiones jesuitas que
finalmente se resuelve favor de las misiones, pero es importante el enfoque
desde el punto de vista histórico refiriéndose en especial a la reconstrucción
imaginaria del sitio y como casanareño hoy debo aspirar que se pueda llegar a
su reconstrucción física; la publicación dice al respecto:
“El documento se presenta como un importante aporte para
conocer varios aspectos de la vida colonial. Primero, dentro del inventario de
la iglesia, se apreció la descripción de los materiales y espacios de dicha.
Esto es útil para reconstruir aquel lugar, sus subespacios y ver también
elementos de su jerarquía, como se ha mencionado. Asimismo, al contar con
nítidas descripciones sobre diversos objetos de tres importantes espacios de
las misiones, el manuscrito puede nutrir una historia económica sobre los
jesuitas y sus propiedades, y los distintos procesos que allí llevaron. De
igual forma, al contener aspectos minuciosos y personales, como los bienes del
padre del pueblo, se puede reconstruir aspectos de la vida cotidiana en las misiones
y la vida eclesiástica, como también nutrir una historia intelectual de los jesuitas”
La transcripción del
inventario es amplia por lo que citaremos lo relacionado al altar mayor de la
virgen de Manare que está familiarizada por gran parte de la población
casanareña ya sea por quienes profesan la fe católica o por quienes no lo
hacen; en este sentido es de aclarar que este texto se realiza exclusivamente
desde el punto de vista histórico y no pretende influir en aspectos religiosos,
nos referiremos con el respeto y prudencia que se debe observar al tratar estos
temas, pero en ningún caso manifiesta la creencia personal de quien les
escribe.
“De imbentarios de los bienes de la iglesia y del cura del
pueblo de Manare o Pauto en los Llanos.
En el pueblo de Manare u Pauto, en dos días del mes de
octubre de mil setecientos sesenta y siete años yo, don Francisco Domínguez de
Texada, gobernador, justicia mayor, corregidor de esta provincia de Santiago de
las Atalayas, llanos de Casanare y juez en ella, en el extrañamiento general
que su magestad ha mandado hazer en todos los reales dominios de los religiosos
de la Compañía de Jesús”
“Primeramente, se pone por imbentario una iglesia nueva de
calicanto, tapia, ladrillos y texa, toda de arcos con dos sachristias de los
mismos materiales, baptisterio, cuatro capillas en las esquinas de la plaza y
una casa para meter trastes de la iglesia y todo de los mismos materiales que
ella. En la iglesia, su coro de madera, valuartes torneados en la misma
sachristias, capillas y casa, las puertas y ventanas correspondientes nuevas y
primeras”
Item: un
altar mayor de tres cuerpos de madera, columnas y tallas y en el mismo cinco
frontales de lo mismo, todo dorado de nuevo y dados de bermellon y todo el
camarin vestido de talla de madera dorado // como el altar. Nuestra señora
vestida de tela de seda morada, con su diadema, corazon y espada de plata.
Ítem: un
manto negro para n[uest]ra señora del altar mayor.
Item: una
tunica de tafetan negro, para referida imagen de Nuestra Señora de los
Dolores.
Este es un pequeño
aparte del rico inventario de la iglesia de Manare en la mitad del siglo XVIII
por haber sido doctrina de la Compañía de Jesús en su largo trasegar
evangelizador y de desarrollo de las haciendas ganaderas en Casanare.
Hoy el pueblecito de
Manare equidistante de Hato Corozal y Paz de Ariporo, permanece empolvado en el
olvido, su rico pasado, su valor histórico se hecho al olvido, en sus largos
años y épocas podemos citar que Manare en la campaña libertadora recibió al
ejercito de vanguardia comandado por el general Santander y su estado mayor,
por lo que fungió como cuartel general en ese momento y fue testigo de la
proclama del general Francisco de Paula Santander a los granadinos
anunciándoles la iniciación de la campaña libertadora el 24 de mayo de 1819.
sus habitantes resistieron los años más duros de la violencia colombiana, se sobrepuso
al incendio de los años cincuenta; en las últimas décadas soportó la violencia
que apenas lleva unos años de tregua y apaciguamiento, pocos muy pocos sabemos
de sus años maravillosos y dada la confrontación que se vivió allí, se acuñó una frase repetida por todos lados y que debe desaparecer para reconstituir en
Manare uno de los hitos históricos más importantes del llano con la frase:
¡Vive la historia, que aquí es Manare! En lugar de la ya conocida ¡Echen plomo…
que aquí es Manare!
Bibliografía
Anuario de Historia Regional y
de las Fronteras, vol.26 N.°1-Facultad de ciencias humanas-Escuela de Historia. Universidad
Industrial de Santander. Edición. enero-junio2021.
La
Campaña Libertadora de 1819.Tomo II. Documentos Históricos de Colombia.
Ediciones LAVP.2018.
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